Este artículo fue originalmente publicado por Common Edge como "Why Homes Are the Original Architecture."
Los hogares pueden ser la proyección más poderosa del valor arquitectónico puesto que son el refugio es esencial para todos nosotros, construir un hogar es el propósito universal de la arquitectura. Todos sabemos qué es lo esencial para nuestra casa.
Pero los arquitectos a menudo tienen una visión diferente del hogar. Hace veinte años, recuerdo haber escuchado a un arquitecto declarar que podía ganarse la vida diseñando casas hasta que surgiera un trabajo real. Otro meme arquitectónico es el clásico primer trabajo: diseñar una casa para tus padres.
En la escuela nos mostraron casas de Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Marcel Breuer. La venerable Farnsworth House de Mies van der Rohe fue una referencia casi insoportable. Una categoría especial es la comisión definitiva: arquitectos que diseñan casas para sí mismos: piensa en la casa de cristal de Philip Johnson, en la casa de John Soane o en la de Frank Gehry. Son una ventana fascinante hacia la mente del diseñador para conocer sus percepciones platónicas (o febriles) de la vida cotidiana.
Pero la realidad es que una casa el único lugar que todo el mundo necesita, conoce y que ofrece valor a los arquitectos, esto no tiene nada que ver con el estilo. Hay variaciones extremas en cómo se presentan los hogares, desde el más cínico consentimento del marketing de constructores, pasando el estilo perezosamente irreflexivo de los agentes de bienes raíces, hasta el prejuicio despectivo de la mayoría de los arquitectos académicos o "serios" que desconocen lo "vernáculo" (es decir, las casas modernistas).
Los hogares ofrecen lecciones a los diseñadores porque son a la vez infinitamente personales y culturalmente penetrantes. Pueden ser tan simples como un vaso de agua, o tan complejas como una comida de ocho platillos.
Pensé que podría ser valioso exponer las resbaladizas realidades que descubrí diseñando, construyendo, escribiendo y hablando de hogares durante los últimos 40 años:
- Las casas se centran exclusivamente en la belleza y en la expresión, así como en la protección: no hacemos madrigueras ciegas, colmenas o represas.
- El hogar es el único edificio que todos usan, en todas partes: no hay opciones para tener un lugar donde dormir.
- Las casas son controladas de manera única por una sola persona: el tamaño de la mayoría de los hogares puede ser concebido, desarrollado, detallado y construido por una sola persona (contrario a cualquier otro tipo de diseño).
- Los hogares tienen grandes variaciones de escala: hay muy pocas cárceles insignificantes, sillas enormes o microhospitales, pero las casas pueden ser tan pequeñas como 200 pies cuadrados o 20,000 obscenas.
- Los hogares son el tipo de edificio que se encuentra en prácticamente todos los entornos: son importantes tanto en la densidad altas como en el aislamiento absoluto.
- Las casas pueden ser construidas por sus habitantes o costar miles de dólares: desde favelas hasta mansiones, la misma función puede interpretarse casi infinitamente.
- Las casas representan protección, pero su deterioro y costo son una amenaza existencial: cada error de cálculo es personal, cada defecto amenaza a quienes lo usan.
- Las casas son el conjunto más grande de ropa que poseemos: ningún otro edificio es tan personal.
- Los hogares pueden ser completamente idiosincrásicos o completamente anónimos: pero las estructuras más producidas en masa en el mundo también pueden tener la personalización más intensa.
- Las casas engendran carácter y amor: los patrones se preocupan más por este tipo de edificio que cualquier otro.
- Las casas son una combinación de espejo, portal o pared: simbolizan de manera única las imágenes y creencias devotas de sus ocupantes, invocando, evocando y provocando, como ningún otro edificio.
Ninguna de estas observaciones se refiere a sitios, barrios o culturas, ya que todos los edificios deben ocuparse de atender contextos más amplios. Los hogares pueden ser "máquinas de habitar" u "hogar dulce hogar", pero el carácter del lugar donde vivimos es siempre revelador y personal (de lo contrario, es solo una cama en cualquier lugar).
Tal vez todo esté en el nombre: tal vez la construcción como tal sea un lugar para vivir, pero un "hogar" es una fusión de lugar, familia y las personas que lo usan. La mayoría de la gente simplemente los compra o alquila y decora; quizás el 2% llama a diseñadores para crear una realidad fusionada, evolucionada y pensada. Eres libre de interpretar esto como "realidad".
Nuestras casas son nuestro objeto más caro, sin importar cuán grande o pequeño sea.
Los arquitectos pueden sumergirse en los valores y las percepciones de los propietarios que diseñan o pueden diseñar por sí mismos. Es mucho más difícil escuchar que hablar, especialmente para aquellos que viven para diseñar.
Los arquitectos que diseñan residencias pueden ofrecer cosas incluso más valiosas que HOUZZ, pero solo si ofrecemos más que el agente inmobiliario, el desarrollador o el propietario. La única forma de ofrecer más es asociarse en el acto arriesgado de diseñar un hogar.
Aquí está la paradoja final: diseñar un hogar es el acto más personal del que los arquitectos pueden formar parte. Pero el reto es que, a pesar de nuestra capacitación y habilidad, no somos expertos. Quienes viven en lo que diseñamos saben más que nosotros sobre la manifestación de sus esperanzas y sueños. Solo tenemos que escuchar lo suficiente para liderar.
Duo Dickinson ha sido arquitecto por más de 30 años. Es autor de ocho libros, crítico de arquitectura para el New Haven Register, escribe sobre diseño y cultura para el Hartford Courant y es miembro de la facultad del Building Beauty Program en el Instituto Sant'Anna en Sorrento, Italia.